Aborto
Aborto en américa latina
América Latina y el Caribe es la región con las tasas de aborto más altas en el mundo; no es casualidad que también sea esta la región que concentra la mayor cantidad de países con legislaciones restrictivas en torno al aborto. En Centroamérica se encuentran 3 de los 6 países de la región que penalizan el aborto en todas sus formas; Nicaragua, El Salvador y Honduras.
Aborto en Honduras
En Honduras el aborto está absolutamente penalizado, sin importar que sea víctima de violencia sexual, que la vida o salud de la mujer embarazada corra peligro o que se identifiquen malformaciones del feto que imposibilitarán su vida al nacer.
La penalización sin excepciones, lleva a un gran número de mujeres y niñas hondureñas a practicarse abortos en condiciones de riesgo y esto supone un aumento de la morbi-mortalidad materna, los registros de muertes maternas en 2018 indican que ocurrieron 47 muertes maternas hospitalarias, el 6,3% están relacionadas con abortos inseguros. Así mismo, de la totalidad de las muertes maternas de ese año, en el 75% de los casos se pudo haber evitado el fallecimiento de la mujer con la interrupción del embarazo.
Según el informe del año 2019, sobre Criminalización de Mujeres por el Delito de Aborto en Honduras, la penalización ha llevado a que existan en la actualidad adolescentes y mujeres judicializadas por el delito del aborto en el país; el 81% de los casos son de jóvenes de 18 a 28 años.
Finalmente, el aborto continúa siendo la segunda causa de egreso hospitalario en el sistema de salud pública. Estas cifras revelan que las leyes que penalizan la interrupción del embarazo no tienen un efecto disuasivo ya que no han disminuido el número de abortos, sino que solo aumentan los riesgos para la vida, la salud y la libertad de las mujeres.
Posicionamiento de Somos Muchas
Nosotras como plataforma que lucha por los derechos de las mujeres y niñas de Honduras tenemos la apuesta feminista que pretende visibilizar las desigualdades que afectan la vida de las mujeres y procura la articulación con movimientos sociales y populares para lograr transformaciones reales que aseguren la protección de la vida y libertad de las mujeres y niñas.
Entendemos que diversos feminismos coexisten y es precisamente esta coexistencia la que nos caracteriza y fortalece el espacio de Somos Muchas en la defensa por el derecho a decidir como nuestra principal apuesta ética-política feminista.
Aspiramos a que lejos del mandato patriarcal, las hondureñas podamos decidir sobre nuestros cuerpos y seamos nosotras, como sujetas de derechos, quienes tengamos las oportunidades y los medios necesarios para tomar las decisiones autónomas sobre nuestras vidas en todas las dimensiones y en especial en la dimensión sexual y reproductiva.
Nuestra principal convicción es que debemos tomar la decisión de ser madres, o no, de manera autónoma, libre e informada; es decir que para nosotras la maternidad debe ser vivida con plenitud y no como una imposición, debe ser sinónimo de deseo y alegría.
Reconocemos que el derecho a decidir de las mujeres también pasa por las creencias espirituales de cada una, ya sean religiosas o no, comprendemos que profesar una religión o una espiritualidad aporta positivamente a las mujeres porque proporciona paz y armonía interior.
También valoramos las experiencias espirituales de las mujeres que pertenecen a los pueblos originarios, por eso nuestra postura política es afirmar que es posible ser creyente, y defender el derecho a decidir, es posible convivir con la fe de una manera diferente, que no sea desde la culpa, el sacrificio y el castigo y se puede luchar para salvar las vidas y procurar la salud y la libertad de miles de mujeres que se ven afectadas por abortar en condiciones de clandestinidad.
Desde Somos Muchas identificamos el trabajo reproductivo como un dispositivo de control y de explotación para las mujeres, condenamos la desvalorización de los trabajos de cuidados ya que se relaciona con una distribución desigual de los mismos, atribuyéndolos siempre a las mujeres y quedando este como trabajo no remunerado.
Definimos que el acompañamiento feminista es un acto revolucionario, son mujeres que se juntan con otras mujeres para acompañarse en la decisión autónoma sobre sus cuerpos y para la creación de condiciones para que la mujer pueda interrumpir su embarazo sin obstáculos, segura de que su decisión es respetada y que su vida y su salud no estará en ningún momento en riesgo.
Por estas razones desde Somos Muchas le apostamos al acompañamiento feminista, es decir un acompañamiento que abarca todas las dimensiones del proceso para que las mujeres se sientan seguras en un momento de vulnerabilidad, no queremos más mujeres criminalizadas por ejercer la libertad de decidir sobre sus cuerpos ni que pongan en riesgo su vida y su salud.
Sostenemos que la responsabilidad de salvaguardar la vida de las mujeres recae en las instituciones estatales y en las autoridades políticas, ya que su deber es legislar con el respeto de los derechos humanos de todas y todas. Es por esto que le apostamos a la incidencia política como estrategia de lucha para conseguir el goce y disfrute de nuestros derechos incluyendo la despenalización del aborto bajo tres causales que son:
- Cuando el embarazo es producto de una violación sexual
- Cuando pone en grave riesgo la salud o la vida de la mujer embarazada
- Cuando existen graves malformaciones congénitas incompatibles con la vida extrauterina.
Somos Muchas las que hemos conocido, visto, acompañado o vivido situaciones en las que una niña queda embarazada producto de una violación y no puede continuar con ese embarazo. Somos Muchas las que conocimos a mujeres que no pudieron hacerse un tratamiento para salvar su vida porque se encontraban embarazadas. Somos Muchas las que conocimos el dolor y la tortura de mujeres que se han visto obligadas a continuar con un embarazo de un hijo que de antemano sabían que moriría al nacer. Somos Muchas las que en la clandestinidad hemos tenido que tomar la decisión más difícil de nuestra vida, solo con el fin de continuar viviendo.
Aborto y discurso anti derecho
Es importante hablar de aborto desde un enfoque científico para evitar reproducir los discursos prejuiciados o de odio que utilizan los grupos anti derechos. Estos discursos cumplen su cometido en desinformar y atemorizar a la sociedad y en consecuencia fortalecer el estigma y discriminación que giran en torno a las mujeres que deciden interrumpir un embarazo no deseado.
Reconocer el proceso de la gestación del ser humano, desmitifica los argumentos anti derechos, tal como afirma Gloria Marín Sánchez, en diversos debates sobre aspectos bioéticos del aborto, asegura que ¨en el discurso anti elección no hay preembrión, embrión, ni feto: hay niño, y en consecuencia el aborto se convierte en asesinato o infanticidio”. Es así, como los anti derechos instalan en la conciencia colectiva un mal uso de los términos.
La gestación de un ser humano, es un proceso, donde se producen gametos; espermatozoides y óvulos; la unión de estos forman el cigoto que es una célula con el genoma humano completo, y que al continuar con la división celular pasa a ser un embrión y luego un feto. Lo anterior implica un proceso y no significa que desde el inicio sea un ser humano, solo tiene potencial para llegar a serlo. El sistema nervioso y en especial la corteza cerebral, no se han formado de manera apropiada antes de las 24 semanas, por esta razón en muchos países el aborto es legal hasta las 22-24 semanas, ya que el feto no ¨siente dolor¨.
Por esta razón, creemos que es necesario informarnos, para dejar de reproducir la desinformación que solamente genera estigma y discriminación hacía las mujeres que deciden sobre sus cuerpos.
Acompañamiento feminista
Le apostamos a tener acompañamientos físicos, emocionales e integrales, para que las mujeres se sientan seguras en un momento tan vulnerable. Evitar la penalización del aborto es uno de nuestros objetivos. No queremos más mujeres criminalizadas por decidir sobre sus cuerpos. Es por ello que es necesario, informarnos de qué manera podemos acompañar un aborto seguro.
La OMS cuenta con un protocolo que recoge la experiencia de los países en la realización de abortos con medicamentos, con las dosis adecuadas según las semanas de gestación:
- Cada pastilla de Misoprostol debe contener 200 μg.
- Cada pastilla de Mifepristona debe contener 200 mg.
- Se recomienda el tratamiento combinado porque es más eficaz.
- Se puede considerar la posibilidad de administrar dosis repetidas de Misoprostol cuando sea necesario para el éxito del aborto. Esta directriz no incluye una recomendación con respecto al número máximo de dosis de Misoprostol.
- En países donde se encuentra penalizado el aborto, se recomienda que se coloquen las pastillas debajo de la lengua y no vía vaginal.