Tejiendo redes  

Encuentros por el derecho a decidir 

En Clave Mujer

Hitos históricos para las mujeres y niñas de Honduras.

Encuentro 2018

Honduras en Clave Mujer, es el primer Encuentro nacional por el derecho a decidir. La clave de Honduras somos las mujeres que estamos cansadas de ser violentadas en nuestros derechos, a que decidan sobre nuestros cuerpos, es por eso que hoy Honduras es en clave mujer. 

Uno de los símbolos internacionales de la lucha por el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos como mujeres, es el pañuelo verde, es por eso que desde diversas realidades y diversos feminismos, nos identificamos con el símbolo marea verde que nace en Argentina.

Nuestro objetivo en este primer encuentro Honduras en Clave Mujer fue la discusión colectiva sobre el derecho a decidir, reconociendo que juntarnos es vital para resistir. Aprovechando también, visibilizar al Estado femicida y exigir que cumpla con sus obligaciones; respetando los derechos humanos y tomando en cuenta al aborto como un problema de salud, de derechos humanos y de justicia social.

El encuentro se realizó en la sede principal de la Universidad Tecnológica Centroamericana (UNITEC) y aglutinó a más de 400 mujeres de todo el territorio nacional. Se abordaron, diferentes temáticas de interés nacional e internacional en torno al derecho a decidir, aglutinando los contenidos en paneles:

Por la defensa de nuestro cuerpo

Este panel tuvo como objetivo defender nuestro cuerpo y nuestro territorio, que nos hace sentir orgasmos, decir en voz alta que nuestro cuerpo no es un campo de batalla y reafirmar que la defensa del cuerpo es la defensa de la vida.

La consigna popular para este espacio fue <<Educación sexual para disfrutar, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir>>

Reconocemos que el arma más poderosa del patriarcado es el control sobre los cuerpos de las mujeres, históricamente nos han obligado a parir, a seguir reproduciendo un sistema patriarcal, capitalista que expropia nuestros cuerpos y vidas y ante esto se presentan resistencias desde nuestra ancestras, porque el aborto también es ancestral. Decidir sobre nuestros cuerpos es un derecho humano, básico y cada una de nosotras en Honduras, América Latina y el mundo realizamos acciones para defender día a día ese derecho a pesar de los fundamentalistas y las limitantes de los gobiernos.  

Desigualdad social, desigualdad de género: femicidios, migración, desplazamientos, corrupción y militarización. 

Este segundo panel plasmó la realidad de que en Honduras y la región Latinoamericana: sobrevivir a un aborto es un privilegio de clase, la clandestinidad tiene la marca del dinero; evidenciamos que nuestra vida y salud está condicionada a la capacidad de poder pagar los servicios, reconociendo que cada día mercantilizan más los servicios y que vivimos en uno de los países más desiguales del mundo, donde la mayor inversión pública es la militarización. En un país que está categorizado como el país de América Latina más peligroso para ser mujer por los altos índices de femicidios, desigualdad social, desigualdad de género, corrupción, migración, desplazamiento forzado y militarización.

Se dimensionó tres situaciones del despojo de los cuerpos

Despojo del cuerpo como reproductor: El cuerpo de las mujeres es visto únicamente como dadoras de vida en el sistema capitalista patriarcal en la que se valora la ganancia, la capacidad productiva, y se desvaloriza la reproducción de la vida. Entonces no digan que son pro vidas, son pro ganancias, pro vidas nosotras que defendemos nuestras vidas.

El cuerpo desde la sexualidad: La mercantilización de la sexualidad del cuerpo de las mujeres, no solo genera ganancia para ellos, sino que también es un ejercicio pedagógico, se les enseña a los hombres como rapiñar un cuerpo y esto resulta en un despojo que tiene múltiples dimensiones, en consecuencia, es una pedagogía del desprecio que permanece a través de la historia.

Despojo: El cuerpo como reproductor, generador de plusvalía. Al naturalizar el trabajo reproductivo de las mujeres, este subsidia la economía mercantil, en otras palabras, con el trabajo del cuidado de las mujeres, ese trabajo que no se paga ni se reconoce como trabajo, se está garantizando que los hombres puedan salir a producir. Los hombres no lo viven de la misma manera pues ellos no tienen sobre sus espaldas la carga del cuidado. 

  • Organización comunitaria: defensa de la tierra, territorio y bienes comunes

La organización comunitaria implica encontrar los elementos en común que colectivamente nos permiten resistir y construir historia, rescata valores como la solidaridad y el acompañamiento, en toda Latinoamérica existen formas de resistencia que su fundamento está en la organización comunitaria, en la construcción de comunidad y en las últimas décadas la organización comunitaria se ha vuelto una forma de sobrevivencia dentro de un sistema de despojo, de violación de derechos humanos en este modelo capitalista, racista y patriarcal.

La comunidad no es únicamente el espacio físico, son los lazos que se construyen alrededor del conjunto de sentires, de vivencias, de historias, de herencia y las mujeres continuamente estamos construyendo comunidad para transformar nuestra historia. 

  • Relatos de lucha, resistencia y autocuidado.

Este espacio fue el seleccionado para escucharnos, desde la diversidad de resistencias a lo largo del país. Honduras se reconoce por la fuerza de sus mujeres, por la fuerza de resistir y construir colectivamente murallas de resistencia, desde las trincheras políticas partidarias, populares, comunitarias y organizativas.

En conclusión, en el Encuentro por el derecho a decidir exigimos justicia para todas las mujeres asesinadas, porque el Estado es responsable de todas estas muertes como la de Margarita Murillo, Bertha Cáceres, Gladis Lanza que murió siendo criminalizada.

Con el cierre, empoderadas desde la música de Puras Mujeres alzamos la voz sin miedo, afirmamos que no nos quedemos calladas, nosotras somos valientes, le debemos mucho a nuestras ancestras, todo lo que tenemos hoy no se debe a que un hombre nos cedió, todo ha sido por luchas del movimiento feminista.