Preguntas Frecuentes

Fausia, una mujer indígena y defensora de derechos humanos hondureña del Pueblo Nahua, fue víctima de violación sexual a modo de represalia por la defensa de su territorio y, como consecuencia, resultó embarazada. Honduras violó sus derechos humanos al imponerle un embarazo y maternidad forzada, debido a la prohibición total del aborto vigente en ese país.

Fausia es una mujer defensora de derechos humanos, perteneciente al Pueblo Indígena Nahua de Honduras. Sus padres ocupan lugares de liderazgo en la comunidad y han dedicado sus vidas a la defensa de sus territorios ancestrales.

El Estado adjudicó las tierras de la comunidad de Fausia y su familia a otras personas, sin haber hecho una consulta previa, libre e informada al Pueblo Nahua. Esto vulneró los derechos de la comunidad indígena y generó una disputa.

En 2015, Fausia y su familia vivían en sus territorios ancestrales y se dedicaban al pastoreo y al cuidado de animales. Ella ya tenía dos hijos de 7 y 2 años.

Cuando lo supo que estaba embarazada manifestó que “quería morirse”. El médico que la atendió en el centro de salud se limitó a recomendarle que denunciara lo sucedido. Y aunque fue amenazada por sus agresores para que guardara silencio, un mes después de los hechos Fausia denunció la agresión y fue al médico en dos ocasiones. 

Fausia no quería continuar con ese embarazo no deseado, pero el personal de salud le advirtió que iría presa si llegaba a abortar, la amenazó frente a otros pacientes y la maltrató verbalmente. 

La imposibilidad de acceder al aborto y las amenazas de criminalización le generaron a Fausia un sufrimiento emocional intenso, a tal punto que intentó quitarse la vida. 

Como consecuencia de la agresión sexual y del embarazo forzoso, Fausia fue diagnosticada con hiporexia y anemia, y su embarazo fue considerado de alto riesgo.

Sí. Durante el parto, el personal médico intentó coaccionar a Fausia para practicarle una esterilización quirúrgica definitiva, sin darle información previa y completa sobre este y otros medios de planificación. Como ella se negó, Fausia también sufrió violencia obstétrica por parte del médico tratante.

Fausia lloró durante toda la cesárea y no tuvo asistencia psicológica, pese a que informó que era víctima de violación sexual y que no deseaba el embarazo. Cuando su hija nació, fue obligada a lactar en contra de su voluntad. Un día después del parto regresó a su municipio de origen y tuvo que ocultar a la bebé por las amenazas. Fausia debió asumir una maternidad forzada. 

Entre enero y marzo de 2017, luego de que los agresores fueran capturados, uno de los hijos de Fausia fue amenazado y debió abandonar sus estudios. Los padres y hermana de Fausia también fueron amenazados con armas y la casa de la familia fue saqueada y destruida. 

Como consecuencia de los ataques y amenazas, la familia de Fausia tuvo que desplazarse forzadamente de sus territorios ancestrales. Hasta la fecha van nueve desplazamientos forzados que los han obligado a dejar su fuente de sustento, sus costumbres y valores ancestrales relacionados con el cuidado de la tierra. 

Hoy Fausia y su familia no han podido volver a su territorio ancestral por el peligro que eso representa para sus vidas.

Sí. Fausia y su familia iniciaron cinco procesos ante las autoridades hondureñas: 

1. Proceso penal por la violación sexual. Ya dos agresores fueron condenados.
2. Proceso penal por la tentativa de homicidio contra la hermana de Fausia. Hay una orden de captura contra los imputados que data de 2021, pero no ha sido ejecutada.
3. Proceso penal por la usurpación de tierras. La investigación no ha avanzado.
4. Solicitud de medidas de protección ante el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, que resultó en que se asignara acompañamiento policial a la familia. El acompañamiento no ha sido constante y ha sido retirado varias veces de forma injustificada.
5. Solicitud de medidas de protección para Fausia y su familia ante el Mecanismo Nacional de Protección. Aunque se otorgaron algunas medidas, no fueron efectivas y se retiraron en 2021. En 2022 las reactivaron, pero hoy, a pesar de los riesgos, Fausia y su familia no cuentan con protección efectiva pues el Mecanismo tiene problemas estructurales, incluyendo falta de financiación suficiente.

Para que ninguna mujer tenga que enfrentar las violaciones de derechos humanos que Fausia padeció.
Fausia nunca tuvo acceso a información sobre sus derechos sexuales y reproductivos. Ni siquiera recibió la atención médica que necesitaba como sobreviviente de violación y por lo tanto se vio obligada, después de una experiencia ya traumática, a asumir un embarazo forzado y a una maternidad no deseada sin acompañamiento o asistencia alguna.

El caso de Fausia muestra claramente que las restricciones y negación de derechos reproductivos y de salud tienen un impacto devastador en las mujeres, que se hace aún más dramático para aquellas que son víctimas de violencia sexual y que pertenecen a comunidades rurales, indígenas y de bajos recursos.

Es la primera vez que Honduras es llevado ante la ONU por la prohibición 

absoluta del aborto. El Centro de Derechos de las Mujeres y el Centro de Derechos Reproductivos llevaron su caso ante el Comité de DDHH de la ONU, buscando que Honduras sea declarado responsable por las violaciones a los DDHH de Fausia, y se le ordene modificar el marco legal que penaliza el aborto completamente.

La ONU exigirá a Honduras la regulación del aborto como servicio de salud y no mediante el derecho penal.

• Que el Estado restituya a Fausia la vivienda y tierra que tuvo que abandonar tras la violación sexual y las amenazas en su contra.
• Que el Estado asegure el acceso a la educación de todos los niveles para los hijos e hijas de Fausia.
• Que el Estado les brinde urgentemente medidas de protección efectivas. 
• Que el Estado realice un acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional y disculpas públicas por las violaciones de derechos humanos en perjuicio de Fausia y su familia.